Cualquiera que haya tenido piedras en el riñón, la vesícula o bien la vejiga, sabe de forma perfecta lo dolorosas que resultan, si bien sean pequeñísimas. De ahí que, horroriza meditar lo que debió padecer un paciente de California, al que los médicos extrajeron una que pesaba más de setecientos gramos, y que medía doce centímetros de largo por 9 de diámetro.

La piedra, que recordaba a un huevo de avestruz, se había formado en la neovejiga del hombre. Se da el en caso de que el paciente había sufrido años atrás un cáncer que forzó a extraerle una parte de la vejiga. Con los restos de exactamente la misma, los cirujanos le edificaron lo que es conocido como neovejiga, un género de intervención que tiene el efecto secundario de favorecer la capacitación de piedras.

Con todo, esta no es la piedra de vejiga más grande que se ha extraído. Ese “honor” le toca a una que llegó a pesares más de kilogramo y medio. Mas, ¿por qué razón se forman estos molestos cálculos?

Las piedras se forman cuando hay alguna complejidad para vaciar la vejiga totalmente, lo que hace que queden en exactamente la misma restos de orina muy concentrada, con poco líquido y muchos desechos minerales. Dichos minerales terminan cristalizando y formando las piedras. Para quitarlas, se recurre a un tratamiento llamado cistolitolapaxia, consistente en emplear un láser para reducirlas de tamaño y poder expulsarlas al mear. Mas, caso de que no resulte posible, hay que recurrir a la cirugía.