Dominatex : el sexo y sus oscuros costados en Buenos Aires

La fascinante historia de Nina recorrió todos los medios e inicio el debate de la sexualidad a grandes rasgos y la cultura argentina dominante. Los detalles.

 

El machismo y el feminismo siempre fue un tema debatible. Sin embargo ambos convergen ante la palabra sexo.

Las confesiones de Nina Streange reivindicaron el debate en nuestro país acerca de cómo vive cada uno del sexo y las diferentes facetas del placer.

Después de la película “Cincuenta sombras de Grey” la cuestión del sadomasoquismo y sus permitidos se instauro en la sociedad argentina.

La nueva práctica sexual parece estar muy relacionada y gana adeptos secretos.”Muchos hombres disfrutan de ser dominados y humillados”, argumenta la revolucionaria confesora.

Strange tiene 26 años. Es trabajadora sexual y ofrece servicios de prácticas sexuales donde el cambio de roles es la tendencia más extraña que vivió en los últimos meses y admite que se impone con fuerza en la sociedad.

Su caso fue relevante porque revivió el viejo mito de dominación sexual. Desde su profesión, como trabajadora sexual relata sus vivencias los pedidos de los hombres y los casos mas oscuros del aspectos sexual en su mundo.

El trabajo de Nina no es fácil ni seguro pero ella intenta no salir de ámbitos conocidos como hoteles o alojamientos cercanos.

Las citas se concretan a través de whatsapp y correo electrónico. Sin embargo ella cuida su privacidad inicial hasta q la cita se concrete “No quiero que aparezca mi nombre verdadero ni mi rostro en las imágenes. Prefiero preservar a mi entorno en este momento de mi vida“, explica.

Fue camarera y allí comenzó todo.”Mi primer acercamiento con el trabajo sexual fue en un bar nocturno, en donde era camarera.  Era una idea chilena conocida como ‘bar con piernas’, donde atendíamos en ropa interior y ofrecíamos shows privados. Pero no era trabajadora sexual. Estaba prohibido irse con algún cliente por contrato. A muchas chicas les ofrecían plata para tener sexo y se iban del bar porque se ganaba mucho más. Obtener la misma cantidad en una hora no tenía comparación”, relata.

De vestido negro y tatuado el cuerpo relato sus experiencias más intensas con los hombres.las últimas tendencias en materia sexual y la forma de desenvolverse en el sexo de la mayoría de los argentinos.

“Cuando tenés pareja o recién conocés a alguien en un boliche y tenés sexo casual no le andás proponiendo chupársela con forro. En el trabajo sexual es diferente: cada uno elige qué quiere hacer y qué no. Ese tipo de cosas, en lo cotidiano, se dan por sentado y así suceden”.

Las practicas eróticas están evolucionando y cada vez son mas los hombres que acuden a una trabajadora sexua para pedir algo más que sexo casual, Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo. “Me tocó un cliente que quería chuparme y adorarme los pies. Estuvo las dos horas así. Y yo no hacía nada, solo lo miraba. Entonces comencé a ofrecer la posibilidad de dominar o de ser sumisa”, relata.

El sexo argentino generalmente no suele ser muy innovador y muchas veces  la cultura sexual fue catalogada por los sociólogos como tradicionales y tema tabú.

Hoy sabemos que los cambios están a la vista y si bien aun no son muy notorios representan una evolución en la materia y en la desmitificación de un tema tabú que solo se trataba puertas adentro de la intimidad individual.