El insomnio y su relación con el Alzheimer

Un estudio efectuado por estudiosos de la Universidad de Berkeley (y cuyos resultados se han publicado en la gaceta Nature Neuroscience) ha establecido un nuevo vínculo entre el mal de Alzheimer y la falta continuada de sueño. Los especialistas han encontrado patentizas de que una proteína famosa como beta-amiloide, y que se piensa que podría ser uno de los factores que provocan la horrible enfermedad, asimismo guarda relación con el bloqueo del sueño profundo y reparador, que es básico para el buen funcionamiento de la memoria. Estas proteína se hallan asimismo en los cerebros sanos y que no padecen ningún género de trastorno, mas en general el cerebro se libra de ellas a lo largo de la etapa de sueño no REM. El inconveniente se presenta cuando las beta-amiloide se amontonan al no dormir bien; se pude generar entonces un círculo vicioso en el que la memoria se estropea poco a poco más al unísono que se perturba y altera el ciclo del sueño.

Los estudiosos efectuaron un experimento con voluntarios de entre sesenta y ochenta años a los que no se les habían diagnosticado ningún género de demencia. A todos y cada uno de los participantes se les efectuó una tomografía por emisión de positrones (TEP), con la meta de medir la acumulación de proteínas beta-amiloide en el comienzo de las pruebas. Después se les solicitó memorizar ciento veinte pares de palabras y se les examinó para poder ver si eran capaces de recordarlas al día después. Y el resultado fue que los voluntarios que tenían niveles más altos de beta-amiloide en la corteza frontal media, durmieron peor y tampoco superaron la prueba de memoria por la mañana siguiente.

El vínculo entre la carencia de sueño y una memoria deficiente cada vez es más evidente. Lo que los estudiosos no tienen todavía claro es que fue primero, si el huevo o bien la gallina, o bien lo que es exactamente lo mismo, si es la acumulación de proteínas beta-amilioide la que provoca el deterioro progresivo del sueño, o bien si es precisamente al contrario. Ahora los autores del estudio pretenden continuar averiguando para averigar si los tratamientos de sueño pueden ser efectivos para tratar los síntomas de la demencia precoz.