Vivir con tu pareja modific tus celulas
Sin duda, irte a vivir con tu pareja es uno de los pasos más esenciales en una relación. Cuando los dos tienen claro que desean verse cada mañana al despertar y cada noche al acostarse y deciden compartir su cada día, saben que su vida cambiará por completo a todos y cada uno de los niveles. Se transforman en un equipo de 2, se mimetizan y comienzan a hacer exactamente las mismas cosas prácticamente sin caer en la cuenta con la intención de amoldarse el uno al otro y comenzar un bonito camino. Lo que hasta el momento no sabíamos, es que aun nuestras células se compenetran en este trámite, provocando cambios en nuestro organismo.
Lo que más ha sorprendido a los científicos de la Universidad Católica de Lovaina, es que la alteración genética se genera entre 2 personas que conviven juntas se altera un cincuenta por ciento menos que las de cualquier persona. Para llegar a estas conclusiones, los científicos examinaron muestras de sangre de seiscientos setenta personas a lo largo de 6 meses, de las que setenta de ellas estaban casadas. Hubo 2 descubrimientos sorprendentes. El primero de ellos fue que los sistemas inmunológicos de hombres y mujeres de exactamente la misma edad son casi iguales. Esto es curioso pues estudios precedentes han probado que las mujeres padecen más enfermedades autoinmunes que los hombres. Conforme explica Adrian de Liston, autor primordial del estudio, “posiblemente las pequeñas diferencias que existen entre los dos sexos tengan un enorme impacto en las mujeres conforme avejentan”.
No obstante, el descubrimiento más inopinado es que los sistemas inmunes de las parejas que viven juntas son muy similares. Las setenta parejas analizadas mostraron, en promedio, un cincuenta por ciento menos de alteración en sus sistemas inmunológicos que el resto. “Si bien no estudiamos las parejas en verdad, estoy convencido de que el resultado sería muy afín”, apostilla Liston.
Convivir con alguien implica una súplica de pequeños cambios: la dieta, la ingesta del alcohol o bien las rutinas de ejercicio confluyen. Lo mismo ocurre con la exposición a la polución o bien infecciones. Aun compartimos nuestros microbios. En un beso de diez segundos intercambiamos ochenta millones de bacterias de trescientos especies diferentes. Conforme explica Liston, todo esto conduce a que nuestro sistema inmune se parezca al de nuestra pareja.
Todavía no entendemos realmente bien de qué forma los factores medioambientales influyen en las células del sistema inmune. De ahí que, son tan esenciales esta clase de investigaciones, en tanto que estos cambios pueden hacernos aproximadamente susceptibles a sufrir ciertas enfermedades.