Según diversos estudios, vivir junto a la costa tiene beneficios para la salud
1. El agua nos hace ver las cosas con otra perspectiva. “La psique es como el agua, cuando está calmada y en paz puede reflejar la belleza del planeta. Cuando está agitada puede tener al paraíso enfrente y no lo refleja”, afirmó en una ocasión el escritor David Fischman. Realmente pocas personas se sienten incómodas frente al agua. Conforme refleja una investigación publicado en la gaceta Health & Mental, a nivel inconsciente la observación del agua puede asistir a ‘centrar’ y ganar una perspectiva sobre los inconvenientes al reducirse el agobio.
2. La magia de la brisa marina. El aire del mar formaba una parte de las prescripciones de los médicos a lo largo de los siglos XVIII y XIX, cuando veían que los pacientes precisaban una temporada para mejorarse. No era la panacea universal contra los problemas médicos, mas sí asistía a calmar ciertos síntomas y avanzar en la restauración de ciertas enfermedades. Thomas W. Ferkol, presidente de la Asociación Torácica Americana, mienta en un artículo publicado en el Wall Street Journal una investigación donde se examinó el efecto del aire del océano en surfistas con fibrosis quística, una enfermedad hereditaria ocasionada por el mal funcionamiento de las glándulas exocrinas.“Hemos tenido más que unas pocas familias que vienen del la Costa del Golfo y preguntan si deberían mudarse para sentirse mucho mejor”, explica Ferkol.
3. Una mejora de la salud mental. Una investigación de la Universidad de Michigan probó que los que tienen una casa en la playa presentan menores señales de agobio. “El incremento de puntos de vista de espacio azul se asocia significativamente con los niveles más bajos de agobio sicológico”, explicó Pearson, maestro de geografía de la salud y miembro de la Water Science Network del MSU.
4. Incremento de el ejercicio físico. Las personas que viven en la costa efectúan más actividad física que los habitantes del interior, conforme estudiosos de la Universidad de Exeter (R. Unido). “Es evidente que nuestros caminos ribereños y las playas ofrecen un recurso fantástico para alentar y facilitar la actividad física”, explica Mathew White, autor primordial del estudio.
¿Y si vivimos en el interior?
El estudio publicado en Mental & Health no solamente se fundamentó en la exposición de azul en personas adultas, sino más bien asimismo en los espacios verdes. El sitio elegido fue N. Zelanda, donde probaron que los participantes del experimento asimismo mostraban niveles más bajos de agobio sicológico.
Por otro lado, White asimismo participó en un experimento similar en R. Unido. En un caso así escogieron los espacios verdes de las urbes, donde probaron su capacidad a lo largo del tiempo. “Lo que hemos encontrado sugiere que las ventajas mentales de los espacios verdes no son inmediatos, mas sí sustentables por largos periodos de tiempo”, explica.