Con la llegada de los primeros fríos, claves para cuidarse y atravesar el invierno con salud

Con las primeras bajas de temperatura, el cuerpo comienza a sentir los efectos del cambio estacional. Mantener una buena salud en otoño e invierno requiere algunos cuidados específicos que ayudan a prevenir enfermedades respiratorias, mantener el sistema inmunológico en óptimas condiciones y sobrellevar el frío con bienestar.

Las mañanas heladas, los ambientes cerrados y la menor exposición al sol son características típicas del otoño e invierno que inciden en nuestra salud. Con la llegada de los primeros fríos, los especialistas advierten que es el momento ideal para adoptar ciertos hábitos que previenen contagios, fortalecen las defensas y ayudan a mantener una buena calidad de vida.

1. Alimentación rica en nutrientes

Durante los meses fríos, es común que el cuerpo demande comidas más calóricas. Sin embargo, no se trata solo de calorías: es fundamental consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales que refuercen el sistema inmunológico. Frutas como la naranja, el kiwi o la mandarina, y verduras como la espinaca, el zapallo y la zanahoria, aportan vitamina C, A y antioxidantes. Las sopas caseras, los guisos con legumbres y los cereales integrales son aliados ideales.

2. Hidratación, aunque no haya sed

El frío suele disminuir la sensación de sed, pero el cuerpo continúa necesitando agua. Una buena hidratación contribuye a mantener la piel sana, regula la temperatura corporal y ayuda al correcto funcionamiento de los órganos. Se recomienda consumir al menos 2 litros de líquidos diarios, ya sea en forma de agua, infusiones sin azúcar o caldos.

3. Vacunación al día

El inicio del otoño es el momento ideal para aplicarse la vacuna antigripal y, en grupos de riesgo, la vacuna contra el neumococo. Ambas son gratuitas en el sistema público de salud para mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas, embarazadas y personal de salud. Estas inmunizaciones son clave para prevenir cuadros respiratorios graves.

4. Ventilar los ambientes

A pesar del frío, ventilar los espacios cerrados es esencial para evitar la acumulación de virus y bacterias. Se recomienda abrir ventanas al menos 15 minutos por la mañana y por la tarde, especialmente en dormitorios y espacios compartidos.

5. Actividad física regular

El frío puede desalentar el movimiento, pero mantenerse activo es vital para la salud cardiovascular, el bienestar mental y el sistema inmunológico. Caminar, andar en bicicleta, hacer yoga o entrenar en casa son opciones válidas. El ejercicio ayuda además a combatir el estrés y la ansiedad, muy comunes en los meses de menor luz solar.

6. Abrigo adecuado, sin excesos

Vestirse con varias capas de ropa permite adaptarse mejor a los cambios de temperatura entre el interior y el exterior. Se recomienda usar materiales térmicos y evitar la exposición prolongada al frío sin protección adecuada, especialmente en manos, cuello, cabeza y pies.

7. Cuidado con las estufas

El uso de calefactores puede ser riesgoso si no se utilizan correctamente. Es importante revisar que los artefactos estén en buen estado, evitar dejar estufas encendidas mientras se duerme, no tapar salidas de calor y asegurarse de que haya buena ventilación para prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono.