Dejá de fumar!!!
Dejar de fumar, suena muy fácil para los no fumadores, pero para las personas que tienen el hábito muchas veces se les hace muy difícil. Se les va haciendo un cuesta arriba, dificil de alcanzar. Pero hoy aquí, queremos ayudarte y darte una serie de recursos, para vos que sos fumadores, puedas de una vez y para siempre, decirle Adiós al TABACO!!!
Tus familiares, amigos y compañeros de trabajo pueden servirte de apoyo en éste camino. Pero para tener realmente éxito, en verdad tenés que tener el deseo de dejar de fumar!
La mayoría de las personas que han sido capaces de dejar de fumar exitosamente lo intentaron al menos una vez sin éxito en el pasado. Así que… NO TE DESANIMES!
Cuando comiences a dejar de fumar, debés estar preparado, para sentir uno o más de estos síntomas. La intensidad de los síntomas de abstinencia que sientas, estarán directamente ligados a la cantidad de cigarrillos que fumabas, y al tiempo de tu adicción. Los síntomas más comunes son: Un intenso deseo de nicotina, ansiedad, tensión, dificultad para concentrarse, somnolencia o problemas para dormir, dolores de cabeza, incremento del apetito y aumento de peso, y gran cantidad de irritabilidad y/o posible depresión.
Primero debes fijarte tus objetivos. Para poder lograrlos, lo mejor es poner una fecha límite para comenzar a dejar de fumar, y de ésta manera planificar el proceso. Hacé una lista de razones por las cuales querés dejar de fumar. Compartí con tus seres queridos tu intención, para que puedan ayudar en el proceso. Deshacete de todos tus cigarrillos, justo antes de la fecha en la que vas a dejar de fumar, y limpiá tu hogar, ropa y muebles, para deshacerte del humo y el olor a cigarrilllo que puede haber quedado impregnado.
Además, debes tener un plan. Debes pensar que vas a hacer en lugar de fumar en los momentos en los que sos más propenso a hacerlo.
Busca actividades que ocupen tus manos y tu mente, pero que no te fatiguen o te fuercen a comer. La computadora puede ser un buen aliado, tejer, coser y hacer crucigramas, pueden ayudar. Si normalmente fumás después de comer, buscá otras formas de finalizar tu comida. Comé un pedazo de fruta. Levántate y hacé una llamada, o simplemente dá un paseo. Cambiá tus horarios y hábitos. Comé a horas diferentes, o consumí varias comidas pequeñas, en vez de las tres o cuatro comidas tradicionalmente grandes.
Y por supuesto si siguiendo estas sugerencias, todavía el camino a la libertad, se te hace muy dificil, siempre podés acercarte a los centros de salud de la Ciudad. A los distintos hospitales públicos, o consultar con tu médico de cabecera, para que te facilite el proceso, o te asesore también de distintos grupos de ayuda, para compartir tu experiencia y poder lograr tus objetivos.
Además apenas comiences, descubrirás los beneficios de estar libre de humo, y como el esfuerzo se verá recompensado en tu salud.