Desde el inicio de la cuarentena, casi el 80% de los hoteles de la Ciudad de Buenos Aires siguen cerrados.
Las autoridades de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC), manifestaron que casi el 80% de los establecimientos hoteleros en la Ciudad de Buenos Aires siguen cerrados desde el comienzo de la pandemia, mientras que los que tienen sus puertas abiertas tan sólo cuentan con un máximo de ocupación del 8%, según un informe realizado durante este último mes.
Por otro lado, el 70% de los hoteles del todo país están cerrados, pero la situación es más grave para la Ciudad de Buenos Aires, ya que estos establecimientos dependen del turismo extranjero, que cayó notablemente en un 99%, y del turismo del resto del país a nuestra Ciudad, que también disminuyó en un 90%.
La movilidad del turismo local es limitada, ya que las pocas escapadas que hay son a destinos nacionales de naturaleza y playa, pero no de la Ciudad. En conclusión, no hay huéspedes suficientes para apaciguar esta crisis sin precedentes en la hotelería porteña, y resulta más costoso abrir un hotel con poca ocupación que tenerlo cerrado.
Durante el último mes, cerraron definitivamente sus puertas quince hoteles porteños. Al inicio de la pandemia del coronavirus en el país, entre 40 y 50 hoteles aceptaron la oferta del Gobierno porteño para ser utilizados como Centros de Aislamientos de casos sospechosos o confirmados de Covid-19, pero según los dueños de los hoteles el arreglo sólo redujo una pequeña parte de las deudas, ya que la Ciudad paga $1.500 por habitación, y el personal para atender a los infectados es voluntario.
Según el Presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo (AHT), la temporada de verano resultó peor de lo que se esperaba, la situación financiera y económica del sector hotelero es grave, a casi un año del inicio de la cuarentena, y no hay esperanzas de una mejor situación a un futuro cercano. Los dirigentes del sector, esperan un apoyo económico por parte del Ministerio de Turismo de la Nación, para solventar la supervivencia de los establecimientos, mientras tanto algunos hoteles de la Ciudad han reconvertido sus instalaciones para alquilarlos como espacios de trabajos, áreas comunes de uso diario para clases de gimnasia u otras actividades, pero todo lleva una inversión que en definitiva no resulta tan redituable.