La Legislatura Porteña declaró de Interés Cultural al Histórico Restaurante El Tropezón, del Barrio de San Nicolás.
El pasado martes 26 de Noviembre, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, declaró como Sitio de Interés Cultural de la Ciudad al Restaurante El Tropezón, ubicado en la Av. Callao 248, que en el año 2017 reabrió sus puertas luego de estar 34 años cerrado.
El Restaurante fue inaugurado en el año 1893, en sus comienzos fue un almacén con lechería, pero con el correr de los años se fue transformando en una fonda.
En el año 1901 se mudaron de la Av. Callao y Bartolomé Mitre, a la calle Perón 1819, debajo del entonces Hotel Casino.
En la década del 20, se desplomaron dos pisos del famoso Hotel y el Restaurante quedó completamente destruido, motivo por el cual se trasladaron a su dirección actual en Av. Callao 248.
Desde entonces, el Restaurante permanecía abierto las 24hs, lo que hacía que se llenara de bohemios, tangueros, actores y políticos, entre los más notables, se encuentran Carlos Gardel, Irineo Leguizamo, Florencio Parravecini, Armando y Enrique Santos Discepolo, Ángel Villolbo, Dringue Farías, Carlos Pertte, Alfredo Palacios, Hipólito Yrigoyen, Ricardo Balbín, Julio Sosa, Aníbal Troilo y Lola Flores. Durante su estadía en Buenos Aires, Federico García Lorca fue un asiduo habitué del lugar.
En el año 1983, con la vuelta de la democracia, se desplomó una marquesina del local y su dueño decidió cerrarlo definitivamente. Tiempo después, empezó a funcionar en ese espacio una sucursal del Correo Argentino. En el año 2017, luego de varios años de trabajos de restauración para mantener vivía su historia, el Restaurante “El Tropezón”, fue reabierto con un gran puchero, comida preferida de Carlos Gardel que siempre pedía cuando venia al notable local gastronómico.
Dentro de los trabajos de restauración que se realizaron, se removió todo el durlock que tapaba la fachada original, se recuperaron los pisos calcáreos, los techos de madera, las claraboyas de bronce, y se recuperaron los 100 m2 del sótano original, donde las paredes fueron decoradas con las fotos de las figuras del tango que pasaron por este prestigioso recinto.
En la entrada, se ha colocado una placa, declarándolo como Sitio de Interés Cultural de la Ciudad por sus más de 120 años de historia en la vida de los porteños.