Renovación en la Plaza Misericordia: Historia y mejoras para un icónico espacio verde de Flores
La Plaza Misericordia, ubicada en el barrio de Flores, permanecerá cerrada al público desde el 17 de febrero hasta el 31 de marzo debido a obras de remodelación. Estas intervenciones forman parte de un plan integral del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que busca mejorar y renovar 56 espacios verdes en las 15 comunas de la ciudad durante el año 2025.
El objetivo de estas obras es modernizar la infraestructura de parques y plazas, promoviendo espacios de encuentro y recreación más seguros y atractivos para los vecinos. Aunque no se han detallado específicamente las intervenciones que se realizarán en la Plaza Misericordia, es común que en este tipo de proyectos se incluyan mejoras en áreas de juegos, renovación de mobiliario urbano, optimización de la iluminación y puesta en valor de los espacios verdes.
Durante el período de obras, la tradicional calesita de la plaza continuará funcionando con ingreso habilitado por las calles Lautaro y Francisco Bilbao. Esta medida busca mantener vigente uno de los atractivos más queridos por las familias del barrio, ofreciendo una opción de esparcimiento mientras se llevan a cabo las mejoras en el resto del espacio.
Un poco de historia
La Plaza Misericordia posee una rica historia que se entrelaza con el desarrollo del barrio de Flores. Originalmente, el terreno pertenecía a la familia Muratore y era conocido como la quinta “La Moyosa”, nombre derivado del apodo de la hija mayor de la familia. Esta quinta fue una de las últimas en sobrevivir en la zona y dejó de existir como tal en la década de 1940, cuando fue adquirida por la Municipalidad de Buenos Aires y transformada en paseo público.
La casona de la quinta se encontraba en el centro del predio, con su entrada principal sobre la actual Avenida Directorio, donde hoy converge el camino central de la plaza. Otra entrada, destinada a carruajes y proveedores, se ubicaba sobre la calle Francisco Bilbao. En sus primeros años como espacio público, la plaza fue brevemente denominada “Plaza de la Soberanía”. Sin embargo, gracias a la influencia del Colegio de la Misericordia, fundado en 1873 y situado junto a la plaza, el espacio adoptó el nombre que conserva hasta la actualidad.
Un espacio con identidad barrial
Además de su frondosa arboleda, la plaza alberga varias esculturas destacadas. En 1971, la esposa del reconocido escultor ítalo-argentino Octavio Fioravanti donó la escultura “Maternidad”. También se encuentra un busto en honor al General San Martín, obra del escultor Blas Salvador Gurrieri, y un busto de Carlitos Chaplin, creado por el artista argentino Alberto Balietti.
Junto con la Iglesia y el Colegio de la Misericordia, la plaza forma un conjunto arquitectónico emblemático que caracteriza al barrio de Flores y a la Avenida Directorio. La iglesia, de estilo neogótico, y el colegio, ambos datados en 1878, se destacan por sus vitrales y aportan un valor histórico y cultural significativo al entorno.
Hacia un futuro renovado
La renovación de la Plaza Misericordia se enmarca en una serie de intervenciones que el Gobierno porteño está realizando en diversos espacios públicos. Entre las obras recientemente finalizadas se destacan las mejoras en los espacios verdes cercanos a la avenida Escalada en Villa Lugano, el Parque Rivadavia en Caballito y la Plaza Inmigrantes de Armenia en Palermo.
Estas iniciativas reflejan el compromiso de la administración local por ofrecer espacios públicos de calidad, que fomenten la convivencia y el bienestar de los ciudadanos. Se espera que, una vez concluidas las obras, la Plaza Misericordia se convierta en un lugar renovado que potencie la identidad barrial y brinde a los vecinos un entorno propicio para el disfrute y la recreación.