Los vehículos autónomos son ya una realidad y, en un futuro próximo, van a estar poco a poco más presentes en nuestra vida rutinaria. Por ese motivo, las cuestiones relacionadas con su seguridad son tan esenciales.

Ahora, un nuevo estudio efectuado por la Universidad de Stanford revela un inconveniente en los modelos ya existentes. Y ese inconveniente es relativo al momento en que el conductor humano tiene que hacerse nuevamente con los mandos del vehículo, una vez que la conducción robótica haya estado marchando un buen rato.

En los presentes automóviles autónomos lo normal es que el turismo funcione solo si bien, en instantes puntuales, ceda el control a quien va en el turismo.

Lo que hicieron los estudiosos fue revisar como maniobraban los conductores cuando el turismo les cedía nuevamente el control mientras que circulaba a una velocidad elevada. Y lo que verificaron fue que las personas se manejaban más torpemente al tener que efectuar algún género de maniobra, cuando había pasado un buen tiempo desde la última vez que habían llevado el volante.

Realmente era falta de práctica, puesto que el experimento probó que esos conductores superaban esa torpeza cuando se habían acostumbrado a manejar el vehículo y se habían habituado a los cambios de velocidad que puede efectuar mientras que está circulando autonomamente.

El descubrimiento no supone ningún inconveniente grave para la aceptación de este género de automóviles, mas si hace manifiesto que quizás sea preciso pasar por algún periodo de adiestramiento con ellos ya antes de lanzarse a conducir uno.