Un nuevo comienzo en Villa Devoto: amor, patas y segundas oportunidades

Este sábado 29 de marzo, la Plaza Arenales de Villa Devoto se convertirá en mucho más que un pulmón verde de la ciudad. Entre mantas, bebederos y miradas esperanzadas, se llevará a cabo la Primera Jornada de Adopción del Año, un evento que va mucho más allá de encontrar hogar a perros y gatos: es una celebración de la empatía, del encuentro entre almas que se estaban buscando sin saberlo.

Desde las 13 hasta las 18 h, quienes se acerquen al corazón de Devoto —en la esquina de Bahía Blanca y Nueva York— podrán conocer a decenas de animales en adopción, muchos de ellos rescatados de situaciones difíciles, pero que siguen confiando, esperando y ofreciendo amor sin condiciones.

Adoptar es, quizás, uno de los actos más nobles y transformadores que una persona puede elegir. No se trata solo de sumar una mascota a la familia. Es dar una segunda oportunidad a un ser que ya vivió el abandono, que sabe lo que es pasar frío, tener hambre o no ser mirado. Es mirarlo ahora, a los ojos, y decirle: “ya está, llegaste a casa”.

Pero también es una decisión que implica compromiso. Los animales no son juguetes ni adornos: sienten, sufren, se enferman, necesitan tiempo, atención y cuidados. Requieren visitas al veterinario, alimentación adecuada, paseos, cariño y paciencia. La adopción responsable es entender que ese vínculo será para toda la vida del animal. Es asumir que estamos dispuestos a acompañar en la alegría de los juegos, en los días de lluvia, en la vejez, en la enfermedad.

Durante la jornada, no solo habrá mascotas esperando su familia definitiva. También estarán presentes las organizaciones que día a día se ocupan de rescatarlos, curarlos, alimentarlos y cuidarlos hasta que ese encuentro mágico suceda. Si no podés adoptar, también podés acercarte a colaborar: con donaciones, comprando alguno de los productos solidarios en sus stands, o sumándote como voluntario o hogar de tránsito.

Porque a veces, el rescate también es para quien adopta. No son pocas las personas que, al abrirle la puerta a un animal, descubren que estaban más solos de lo que creían. Y es ahí donde empieza una historia nueva: con patas, ronroneos, lamidas torpes y un amor que no se puede explicar, pero sí vivir.

Este sábado, acercate a Devoto. Quizás, entre ladridos y maullidos, te esté esperando tu compañero de vida.