Una empresa de inteligencia artificial afirma que en 30 años podremos resucitar
Desde piel artificial a brazos robóticos y hasta esperma sintético, la vida daba la sensación de que cada vez era menos biológica y que, precisamente por eso, estábamos más cerca de conquistar la muerte. Mas ahora hay quienes desean dar el último paso. Se trata de una compañía, Humai, cuyo objetivo es volvernos del reino de Tánatos.
Para abrir boca ya sorprenden desde su web cuando aseguran que “ Estamos usando la inteligencia artificial y la nanotecnología para guardar datos de diferentes géneros de diálogos, patrones de comportamiento, procesos de pensamiento y también información sobre de qué forma marcha nuestro cuerpo. Estos datos se codificarán en múltiples tecnologías de sensores, que van a ser integradas en un cuerpo artificial con el cerebro de un humano fallecido.” Y sin pestañear.
Con independencia de todos y cada uno de los obstáculos (éticos, científicos, económicos y tecnológicos por solo nombrar ciertos), Josh Bocanegra, directivo y creador de Humai, aseguraba en una reciente entrevista que el paso inicial va a ser recoger datos de quienes deseen asociarse a este emprendimiento. Toda la información de su vida y sus rutinas van a ser guardada pocos años ya antes de la muerte (no me pregunten de qué manera fijan ese calendario) y después se congelará el cerebro para implantarlo en un cuerpo artificial que controlará el “envase” a través de la medición de ondas cerebrales. Por el momento el equipo de Humanis está formado por 5 personas: una que trabaja con inteligencia artificial, 2 centrados en sensores y biónica, una cuarta parte en nanotecnología y, por último un embajador, que busca explicar el propósito de Humanis.
Conforme con Bocanegra “creemos que vamos a poder resucitar el primer humano en treinta años. Pienso en hacer de la muerte algo opcional. Yo personalmente no puedo imaginar por qué razón alguien desearía fallecer mas respeto sus deseos.”